domingo, 22 de marzo de 2009

Gracias


Acunas mis noches en tu silencio,
guardando en tu interior
aquello que nunca pronuncié.

Te alimentas del sonido
de un latir cercano y cálido.

En tu cuerpo
permanecen impresas mis huellas,
que acarician tu esencia.

Reconoces mi tristeza y la abrazas,
enmudeciendo ante mi mirada
y enjugando mis lágrimas.

Te debo mil lamentos,
cien confesiones
y una sóla palabra.
...derah...

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