viernes, 29 de mayo de 2009

Mi príncipe, mi héroe...


Cabizbaja paseaba entre la multitud, pretendiendo resultar inadvertida. Había perdido confianza y seguridad, ya nada le importaba. Sumida en sus pensamientos, camino hasta perderse a las afueras de la ciudad. La zona le era desconocida. Asustada, intento encontrar un camino de regreso. Se disponía a remontar sus pasos cuando un aroma captó su atención haciéndole alzar la vista hacia la montaña que allí se erguía. Una esbelta figura sobresalía de la cima, y un intenso color esmeralda le atravesó la mirada. Su corazón se aceleró hasta querer romperle el pecho para volar junto a él. Nunca antes se había sentido de aquella forma, atemorizada y nerviosa, pero frenética y fascinada a su vez.

En su mente solo figuraba la expectación ante aquel desconocido. Y por ello no dudó en acercarse al castillo que se alzaba tras éste. Bastaron unos minutos para situarse frente al majestuoso portón, que con un pequeño esfuerzo consiguió abrir. El interior parecía extraído de un museo renacentista, era espectacular el tapizado de paredes, suelo y muebles; y una elegante lámpara de araña cubría el techo. Deseaba fotografiar cada detalle para testimoniar la existencia de aquel lugar propio de un cuento de princesas.

Un sonido le hizo detenerse y observar estupefacta las inmensas escaleras que presidían la estancia. Otra vez esa mirada, clavándose en sus pupilas, embriagándole como antes. Permaneció inmóvil durante apenas unos minutos, tiempo que el joven aprovechó para colocarse a escasos centímetros de ella. Con un ligero movimiento, extendió su brazo rodeando la cintura de la muchacha y la acerco a él, oprimiendo sus cuerpos. Entonces, con una caricia, retiró el cabello de la joven y fundió sus labios con los de ella, besándole con una pasión irrefrenable.

Se amaron mientras la luna presidía el cielo, encandilando con sus estrellas los desnudos cuerpos. Y cuando hubieron saciado su deseo, descansaron enlazados, alimentando el amor que se profesaban.

La joven no podía apartar la vista de aquel muchacho que había invadido su vida repentinamente, con un misterio que le inquietaba y haciéndole perder todos sus miedos; desarmándola completamente. Lo observó una vez más y, sin poder contenerse, le susurró:

-Te amo, mi príncipe, mi héroe-.



...derah...

2 comentarios:

Rashek dijo...

Bonito el escrito, me encanta, a mi tambien me gusta hacer cosas asi :3

aunque yo mas bien las hago para mi manga x3

espero que podamos hablar de muchas cosas, agregame :3
Rashek_Kamigawa@hotmail.es

nos vemos :3

derah dijo...

gracias, me alegro de que te guste. en verdad solo escribo cuando me da la vena.

a ver si me dejas leer algo tuyo tambien ^^