miércoles, 15 de octubre de 2008

Amistad incondicional


La luna se alzaba en el cielo, brillando con intensidad. La observaba en silencio, pensando cuan hermosa era y que triste debía sentirse con tanta soledad... Sabía que no era la única que dirigía sus ojos al cielo en aquel preciso momento, podía sentirlo.

Dentro de mí algo se quebraba...era el recuerdo de él. El peso de su amor era demasiado para mí, más aún después de haberlo alimentado inconscientemente cuando yo ya no formaba parte de su vida. Pero no era lo único que me dificultaba la respiración...ella también estaba sufriendo. Notaba las lágrimas deslizandose por su rostro, el estremecer de sus extremidades y la agonía de su destrozado corazón.

Habíamos vivído momentos tan tristes juntas, que aún en la distancia podía oir su lamento. Era curiosa la conexión que había terminado por establecerse entre ambas. Algunas noches, incluso, sus preocupaciones se habían adentrado en mis sueños, convirtiéndose en mias también.

Aún mantenía un claro recuerdo del día en que nos conocimos. Ambas pasábamos por un momento complicado, difícil de comprender. Nos escondíamos tras una manta de excusas y mentiras, con el único pretexto de no dañar a quien intentábamos proteger. No eramos capaces de darle voz a muchos de nuestros sentimientos, pues no contábamos con la confianza necesaria...hasta que nuestras historias se cruzaron. Fue entonces cuando nuestras vidas se entretejieron con fuertes lazos de amistad, amor e incondicionalidad.

Ahora todo había cambiado. Ambas habíamos perdido lo que tanto deseabamos, lo que con tanto esfuerzo intentabamos mantener a salvo, y que finalmente...se había vuelto en nuestra contra... La pena nos había mantenido unidas todo este tiempo, mezclándose por momentos con la felicidad mas absoluta...aunque ésta había terminado por evaporarse, quizas incluso antes de que pudieramos sentir su calidez... Y, en ese momento, la misma pena nos unía una vez más...haciendo eco en nuestros corazones...y obligándonos a desfallecer del dolor...Un dolor compartido.

Nos teníamos la una a la otra, debíamos recordarnoslo, pues era lo único que nos quedaba. Secaríamos nuestras lágrimas y saldríamos juntas de la tumba que con nuestras mismas manos habíamos cabado. Nos aseguraríamos de dibujar una sonrisa en el rostro de la otra, y no permitiríamos volver a ser tan vulnerables. Ambas crearíamos un muro ante nuestra fragilidad y no permitiríamos que nadie pudiera cruzarlo, no sin antes luchar por merecerlo.

Luchar...¿cúantas veces habíamos deseado que ellos lo hicieran...? ...cuantas oportunidades tuvieron y las dejaron pasar...cuantas lágrimas vertidas sin sentido, carentes de esperanzas...

Lo habíamos dado todo y más aún. No nos rendimos hasta que no quedó nada más por lo que seguir en pie, e incluso entonces nos agitamos en nuestro descontento intentando atraer lo que tanto añorabamos...aunque siempre en vano.

Podíamos sentirnos orgullosas por haber estado al pie del cañón, por haber soportado tanto y seguir adelante, por no haber perdido nunca esa magía que nos caracterizaba y sobretodo, por haberlo dado absolutamente todo por la persona a la que amábamos. Nunca tendríamos nada de lo que arrepentirnos y podríamos descansar en paz, quizás, algún día...

Mientras, compartiríamos nuestro lamento.


...derah...

Dedicado a Ami.
Te quiero mucho, guapísima. Espero que te guste ^^

2 comentarios:

Ami dijo...

¿Gustarme? No,... es más que eso.

Te señalaría partes del texto que me han llegado muy hondo, pero el problema es qe quizá te copiaría el texto al completo.

Me hubiera gustado que nuestra afiliación hubiera nacido por cualesquiera otras cosas que por el "dolor". Pero he ahí que si hubera sido otra cosa dudo que estuvieramos tan unidas.

Gracias por todo guapísima! Y por ser mi sombra, mi voz y mis ojos tantas veces.

Te quiero mucho!

- Friends Forever -

derah dijo...

me alegro mucho de que te haya gustado ^^